Hola amigos,
¡cómo pasa el tiempo! Hace nada estábamos con el culillo en el agua del mar y ahora ya hay que llevar a los peques al cole.
Echando un vistazo por internet he leído un artículo en Guia Infantil, por parte de Vilma Medina, editora de la página, que creo que os puede ser de ayuda para afrontar la vuelta al cole.
En este artículo nos plantean algo muy importante que seguramente no hemos pensado: ¿nos hemos puesto alguna vez en lugar de nuestros hijos y ver cual sería nuestra reacción teniendo que probar algo nuevo y a esa edad?
Algunos me podréis decir que vosotros también pasasteis por eso (los más malvados diréis que ahora que se fastidien otros), y alguno seguro que lo recordáis (yo la verdad es que no me acuerdo de nada), bien o mal, porque la experiencia no tiene porque ser mala en todos los casos.
Lo que está claro es que es algo nuevo, por lo que es normal que los niños estén, como poco, confusos. Por un lado quieren ir al colegio para hacer o volver a ver a amigos y conocer cosas nuevas; pero por otro no quieren ir porque se sienten cómodos y más arropados en casa, supongo que sobretodo después del periodo estival donde todo ha sido atenciones.
Es decir, no es que los niños tengan nada contra el colegio, sino que su reacción es debida como reacción a lo "agustito" que se está en casa :-)
Algunos padres, por otra parte, se sienten culpables al dejar a sus hijos "en contra de su voluntad" en el colegio, como si hubiesen hecho algo malo.
Visto todo esto, ¿qué podemos hacer para paliar esta situación?
Aquí os dejo algunas pautas que daban en la página mencionada:
1.- Transmitirle firmeza y entusiasmo. Hay que intentar hacerle ver que va a estar en un lugar bonito y protegido, con la atención de una maestra y que allí va a aprender y compartir muchas cosas con otros niños de su misma edad.
Una buena idea es dar una vuelta con nuestr@ hij@ por el colegio antes de dejarlo en clase, para que se vaya familiarizando.
2.- Transmitirle confianza. Es importante que esté seguro de que sólo estará en el colegio durante algunas horas y que luego volverá a casa. Es el miedo al abandono, sobre todo en los niños primerizos, lo que crea la "situación dramática" al entrar en el colegio.
3.- Transmitirle complicidad y afecto. Cada mañana, antes de ir al colegio, revisar juntos la mochila del niño, preguntarle qué quiere llevar de merienda o qué ropa se quiere poner.
4.- Transmitirle comprensión y seguridad. Si llora a la hora de despedirse, no hay que ceder ante el llanto y ¡NO LLEVARLO DE VUELTA A CASA!. Hay que decirle que lo comprendes, explicarle que volveréis a buscarle dentro de unas horas y hay que buscar que este momento no se alargue tanto. Debe sentir que lo entiendes y que estáis seguros de lo que hacéis.
5.- Transmitirle alegría y tranquilidad. Aunque se quede llorando, tranquilos, el llanto cederá al irnos o al desviar su atención a otros niños. Hay que estar seguros de que el niño se queda bajo cuidados y que aprenderá muchas cosas. Si no nos lo creemos nosotros, mal vamos.
6.- Transmitirle interés. Al recogerle en el colegio, no olvidar preguntarle cómo le ha ido. Eso le dará más seguridad para el día siguiente.
A mi me han parecido consejos muy interesantes. Espero que a vosotros también.
Un abrazo
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