EDUCACION: Como ayudar a un niño a no chuparse el dedo

Hola amigos,

afortunadamente yo no he tenido la situación con Noah de que se chupe el dedo y tenga por tanto que preocuparme de cómo lograr que deje de hacerlo. Ella se conforma con una pequeña almohadita para dormir...

Sin embargo estoy seguro que muchos de vosotros os habréis encontrado en esa situación.

Como hoy he leído algo al respecto en Conmishijos, escrito por la psiquiatra infantil Valérie Giaccone-Marcesche, voy a compartirlo con vosotros.

Lo primero que tenéis que saber es que de nada vale forzar al niño a que deje de hacerlo, sino que tiene que ser una decisión tomada por sí mismo; así que sabiendo esto, todavía necesitáis más unos cuantos consejos para lograr el objetivo final: ¡que no se chupe más el dedo!

Descartando, por supuesto, amenazas, castigos y burlas, que por otra parte no van a tener ningún efecto, pasemos a una estrategia mejor: hablar.

¿Por qué consideramos que nuestr@s hij@s son tan listos para algunas cosas, pero tan tontos como para entender otras? A ver si es que los tontos somos nosotros que no solo no lo explicamos bien, sino que a veces ni lo intentamos.

Hablar con ell@s de forma relajada, transmitiéndoles que vais a estar ahí hasta que se sienta capaz de dejar de hacerlo. Y esto sobretodo requiere por vuestra parte grandes dosis de paciencia. ¿no os avisaron cuando el ser padres sólo era una remota idea en vuestra cabeza? :-)

Como en tantos otros procesos, como el de dejar de usar pañal, por ejemplo, hay que transmitirles confianza y seguridad, decirles que poco a poco se irá haciendo mayor y podrá dejar algunos hábitos y que puede contar con nosotros siempre que quiera.

Una vez que ha decidido dejar de chuparse el dedo y os lo dice, toca ayudarle a conseguirlo, y para eso es importante:

Fijar objetivos juntos

Abandonar esa costumbre de un día para otro es difícil, es mejor fijarse objetivos progresivos.

Se pueden anotar en una hoja los diferentes momentos del día en el que el niño se chupa el pulgar y escoger, por ejemplo, como etapa n.º 1, dejar ese hábito por la mañana, antes de ir al colegio (el niño lo necesita menos que por la tarde, cuando vuelve cansado de la jornada escolar).

Es importante jerarquizar las situaciones y escoger las etapas más fáciles para empezar.

Valorar sus triunfos

Utilizad un calendario para anotar juntos las etapas superadas. Incluso podéis ofrecerle pequeñas recompensas como broche final.

En cambio, es inútil insistir en un fracaso: el niño sabe lo que tiene que hacer y no lo ha conseguido, eso es todo. Tampoco sirve de nada intentar quemar etapas: si las cosas van bien, el propio niño pedirá pasar a la etapa siguiente.

Existe un efecto arrastre en la costumbre de chuparse el dedo: cuanto menos lo haga, menos ganas tendrá de hacerlo.

Y para ayudarle a superar las etapas “difíciles” (vuelta al cole o última hora de la tarde), podéis distraerlo con una actividad que requiera las dos manos, como preparar una buena tarta de manzana.

Suerte y al toro, digo, al niñ@

Un abrazo