Bienvenido a este Blog nacido del amor entre un padre y su hija

Quería daros la bienvenida a todos los que tenéis a bien entrar en este blog que servirá a un padre de una preciosa y maravillosa hija llamada Noah para expresar sus inquietudes, noticias, emociones y cualquier cosa que considere interesante compartir con aquel que quiera leerlo. Mi más sincero abrazo y gracias por gastar tu tiempo leyendo este Blog.

jueves, 18 de agosto de 2011

EDUCACION: MIEDO EN LOS NIÑOS




Hola a todos,

como os he comentado estos días, Noah se ha vuelto bastante temerosa, así que he buscado información al respecto. Parece que es muy habitual que alrededor de los 3 años los niños se vuelvan más temerosos, ya que antes de esta edad, los niños están investigando su entorno y no son tan conscientes del concepto miedo.

En particular me ha gustado el artículo de Dania Leyva en el blog miedospuntocom y también he leído algunos artículos en GuiaInfantil, HoyPadres y alguno más por ahí.

En el primer artículo se establece una diferencia entre miedo (normal), fobia (miedo clínico) y ansiedad (trastorno).
  
El primero de los términos, que es del que hablaremos, el miedo, es una reación natural en los niños y tienen una relación muy estrecha con la supervivencia.

Está aceptado actualmente que muchos miedos son universales, instintivos e innatos, como el miedo a los ruidos fuertes, a caerse, a la oscuridad, a objetos y caras extrañas y a los movimientos repentinos e inesperados.

Hasta tal punto, que se considera un "fenómeno Psicológico normal para el ser humano y especialmente en los niños", de tal forma que es un "componente del desarrollo normal del niño, que les proporciona medios de adaptación"


El miedo se considera entones parte del desarrollo psicológico normal del niño y su ausencia sí que sería algo anómalo. La mayoría de los miedos suelen ser transitorios y aparecen el niños de edad similar.

No sólo esto, sino que las experiencias, vivencias y emociones aparejadas con los "miedos evolutivos", permiten al ser humano generar y consolidar medios y recursos para resolver las situaciones estresantes de forma satisfactoria.


Miedos y edades


El miedo de un recién nacido a la perdida repentina de apoyo o a un excesivo o inesperado estímulo sensorial, parece ser una reacción refleja, que se manifiesta a través del llanto, una respuesta adaptativa que sirve para alertar a la madre ante un potencial peligro que acecha al bebé.

A los seis meses el niño comienza a manifestar miedos ante estímulos nuevos, y se ha llegado a ver que los niños que desarrollan mucho miedo a la novedad, después siguen siendo muy temerosos en su primera infancia. Por esta edad surgen muchos otros miedos, a las máscaras, a las alturas, a los perros, etc., miedos que tienden a aumentar hasta los 18-24 meses.
A los nueve meses parece ser que la separación de la madre durante mucho rato o quedarse solo en un lugar desconocido es el miedo principal , alcanzando su fase aguda al final de los 2 años.

Alrededor de los 2-4 años, cuando comienza el entrenamiento en el control de esfínteres, no es extraño el miedo a los inodoros en muchos niños. Aparecen los temores ante los animales, aunque pueden persistir por encima de esta edad.

Los perros suele ser el tema principal del miedo de los 3 años, mientras el miedo a la oscuridad lo es para los 4 años. A los seis años el miedo a la escuela, a la oscuridad, a las catástrofes a los seres imaginarios (brujas, fantasmas, entre otros), pueden convertirse en los temas centrales.

Entre los 6-9 años pueden aparecer temores, ya más reales, al daño físico o al ridículo por la ausencia de habilidades escolares y deportivas.

Los niños de 9-12 años pueden experimentar miedo a la posibilidad de catástrofes, incendios, accidentes; temor a contraer enfermedades graves; y miedos más significativos emocionalmente, como temor a conflictos graves entre los padres, pobre rendimiento escolar, o en ambiente de violencia intrafamiliar, el miedo a que le peguen.

Alrededor de los 12 años, incluso ya de adultos, hay un descenso de los miedos a acontecimientos naturales y surge un grupo de miedos centrados en la sexualidad, embarazo, aborto, suicidio, entre otros.

Qué hacer si nuestr@ hij@ tiene miedos

Es algo muy importante transmitir tranquilidad y seguridad como figura de referencia que somos para ellos, de tal forma que les ayudemos a superar los miedos con cariño y comprensión. No hay que olvidar que los niños todavía no entienden el mundo que los rodea y tampoco son capaces de diferenciar entre lo real y lo imaginario.
  
Se recomiendan estos pasos:

1. Educar positivamente, utilizando elogios y premios en lugar de amenazas. Respeta los miedos del niño y evita frases como “eres tonto por tener miedo”, “no seas mentiroso”, etc.

2. Siempre que sea posible, prepara progresivamente al niño a los cambios que puedan acontecer (cambio de guardería, de casa), y a los acontecimientos difíciles (operaciones, muerte de familiares ancianos)

3. Intenta mantener la calma y no perder los nervios en situaciones de estrés, por ejemplo, si tu hijo comienza a llorar en la sala de espera del médico.

4. Sobreproteger a tu hijo no le evitará problemas, al contrario, lo convertirá en una persona dependiente sin recursos propios para afrontar las complicaciones.

5. Resta importancia a los miedos y temores de tu hijo, y recuerda que forman parte de su desarrollo.

6. Potencia la valentía de tu hijo, animándole a enfrentarse poco a poco a situaciones que le provocan temor. Subraya sus comportamientos valerosos.

7. Trata de disimular tus propios temores en presencia del niño. Recuerda que los niños aprenden por imitación y tu hijo podría desarrollar fobias sólo porque las tienes tú.

8. Fomenta la resolución de problemas por parte del niño. Si siempre recurre a ti para obtener una solución, estarás impidiendo que desarrolle su autonomía e independencia.

Experiencia personal

Cuando comprobé la cantidad de temores que tiene Noah y a cosas tan diversas, pensé cómo reaccionar: ¿enfrentarla a lo que le daba miedo?, ¿decirle que eso era una tontería y tenía que ser valiente? ¿racionalizar la situación y explicarle el por qué no tenía que tener miedo?

Una vez que he leído los distintos artículos creo tener más claro qué hacer y sobretodo tengo claro qué no hacer, hay que evitar tratar en este tema a nuestros hijos como adultos. Aunque la explicación puede estar bien, no lo van a entender, al menos cuando son más pequeños y tampoco podemos ridiculizarles ni regañarles.

Creo que la reacción mejor es darles apoyo y cariño, que nos vean seguros, y quitarle importancia al miedo. Si en ese momento no quieren ver a un personaje de dibujos o meterse en el agua, pues ya lo harán tarde o temprano. Si les forzamos, creo que será peor.

El primer día Noah no quería acercarse al agua del mar por el ruido de las olas. Intenté que entráramos juntos hasta que el agua nos llegase a las rodillas, y conseguí que no se acercase más ni a llenar el cubo. Hoy sin embargo, se ha acercado ella sola, primero porque le conté que el ruido de las olas era un sonido, como los sonidos de la canción del Cantajuegos y porque ya no la he vuelto a repetir que se acerque al agua. Cuando ella ha querido, lo ha hecho.

Eso sí, cuando se asoma el hombre de los globos vestido de Mickey, tenemos que dar un rodeo, así que de momento no podremos ir a Disneyland Paris ;-)

Espero que os haya sido de utilidad el artículo

Un abrazo


miércoles, 17 de agosto de 2011

VACACIONES: MARINA D'OR II

Hola a todos,

ya está a punto de finalizar nuestro segundo día en Marina D'or y de momento nos lo estamos pasando muy bien.

Hoy ha sido nuestro primer día de playa. Hemos llegado bastante temprano, sobre las 9:30h. y ya bastante gente estaba en la playa y otra había "reservado su sitio". Esto de reservar en un sitio público como es una playa no lo acabo de entender ni de compartir, pero en estas zonas de costa es bastante habitual. Mucha gente va a la playa temprano, deja su toalla, la sombrilla, etc... y se van a desayunar tranquilamente.

Bueno, es lo que hay. Alguno va a hacer su agosto un día recopilanto toallas y sombrillas. Supongo que dejarán las más baratas que tengan.

Respecto al hotel, el desayuno no estaba mal. Noah ha tomado leche con cola-cao y cereales, un trocito de churro con chocolate y un trocito de embutido que le apetecía. Yo he tomado fruta, que siempre abunda y una tostada.

Una vez en la playa he desplegado todo el arsenal: sombrilla, esterillas, toallas, bolsa con cosas varias, cubo, pala, etc... Os podéis imaginar el papelón.

Al principio Noah ha estado jugando con la arena y recogiendo piedrecitas. La playa aquí es principalmente de piedra y creo que la rellenan de arena para el verano, así que justo en la orilla encuentras algunas piedrecitas y un par de metros más adentro, ya es todo arena. Mañana andaremos un poco más porque creo que hay algún rincón donde podremos encontrar conchas.

Noah tenía miedo a las olas, así que no se atrevía a acercarse con el cubo. Luego ya se ha atrevido hasta que hemos entrado juntos al agua, le ha dado de nuevo miedo cuando venían las olas y ya no ha entrado más. Está ahora en una fase con muchos miedos, así que nos pasamos el día huyendo del señor que se disfraza de Mickey, de la chica que se disfraza de Bob Esponja, del agua, de los ruidos (de coches, de motos...), etc...

Como este tema de los miedos me tenía un poco preocupado, he buscado información de qué hacer, pues a veces no se sabe exactamente cómo reaccionar, si "forjarla" a afrontar su miedo o dejar de momento que los vaya digiriendo. Luego o mañana os pongo un artículo al respecto.

Antes de subir a comer al buffet, donde nos hemos puesto finos de nuevo (me estoy pasando seriamente con el Brownie) y he logrado que Noah coma variado, ya que iba enfilada a la pasta, nos hemos metido en la piscina del hotel, eso sí, la de niños. Pero Noah se ha echado agua por la cara y el pelo, cosa a la que también tiene miedo, así que en eso hemos avanzado.

Después del siestorro de rigor, hemos ido al pequeño parte de atracciones que hay aquí. De nuevo le ha dado miedo un arlequín gigante y un gorila (la verdad es que a mi también me dan miedo, jajajaja), así que hemos optado por dar un paseo en el trenecito que nos ha llevado hasta Oropesa, el cual es más grande de lo que yo me imaginaba.

Ahora estamos a punto de dormir, bueno, yo de ver el Barcelona-Real Madrid. Os diré que tenemos una nueva amiguita en la habitación: una muñeca que parece una piña y canta todo el rato la canción de los pollitos. Es lo que tiene el verano, que afloja la cartera.

Bueno, amigos, que empieza el partido.

Un abrazo

martes, 16 de agosto de 2011

VACACIONES: MARINA D'OR I

Hola a todos,

aprovechando que me he traído el ordenador a las vacaciones con Noah, voy a intentar publicar todos los días nuestras impresiones del stio que hemos elegido este año, y que por otra parte, es el mismo que el del año pasado: Marina D´or (ciudad de vacaciones).

Como os digo, el año pasado ya vinimos aquí, pero la diferencia es que fuimos a los apartahoteles y con los abuelos. Este año nos hemos lanzado nosotros dos solos y hemos elegido el Hotel de 4 estrellas.

El viaje no ha sido muy duro, alrededor de cinco horas. Hemos salido bien temprano, sobre las 6:30h., por lo que Noah ha ido dormidita hasta casi las 9:00h. Quería llegar pronto para poder hacer el check-in antes de la hora de comer. El año pasado la experiencia me dijo que lo mejor en este tipo de sitios es hacer las cosas temprano y evitar así aglomeraciones.

Así que a las 13:00h., la hora a la que abren el comedor, ya estábamos comiendo. Traíamos mucho hambre al haber desayunado muy temprano.


Como os digo, antes de comer hemos hecho el check-in. Ha sido todo mucho más rápido y tranquilo que el año pasado para el Apartahotel, donde hay mucha gente y se produce alguna aglomeración. Esta vez ha sido como en cualquier hotel y la atención, como siempre, ha sido muy buena. He cogido el aparcamiento para todos los días, lo cual me ha permitido descargar el coche desde el garage y no tener que andar preocupado por aparcar. Eso sí, cuesta 10 euros adicionales por día.

La habitación está bastante bien. Dos camas simples pegadas, un sofá, zona de dos sillones y terraza. En un momento ya la he llenado de bolsas y maletas para poder manejarme bien estos días. Desde la terraza podemos ver el mar y también un parque de atracciones que hay aquí, para el cual nos han regalado un pase de todo el día para Noah. Ya veremos si logro que se monte en algo. Con el miedo que tiene, seguro que de mayor me sale aventurera.

Noah ha comido muy bien: Macarrones con queso, algo de paella, mc nuggets, calamares y, por supuesto, mucha fruta y tomate, que le encantan. Estos días voy a intentar que coma de todo pero también que disfrute mucho.

Después nos hemos echado un buen siestón. Por la tarde nos hemos dado un baño en la bañera de hidromasaje, aunque a Noah le daba miedo el ruido, así que a ella no se la he puesto. Cuando me ha visto a mi con toda la bañera llena de espuma, le ha dado algo de envidia. Que el baño tenga hidromasaje esta muy bien, porque además tiene ducha. Además, es curioso que tengan una luz cálida que permite estar calentito mientras te secas.

Luego hemos dado un paseo por los preciosos jardines que hay alrededor del hotel. Como ya tenemos experiencia, en la comida habíamos cogido pan que echarle después a los peces de los estanques, cosa que a Noah le encanta. Nuestra sorpresa es encontrarnos a cuatro grandes cisnes que se han llevado todo el botín.

A continuación Noah ha estado pasando el rato en un parque, compartiendo imaginación con otras niñas que había por ahí.

Antes de las 21:00h. ya estábamos cenando. Noah ha comido de nuevo muchos tomates y fruta, además de un poco de filete y alguna croqueta. Yo he pecado bastante más, al igual que en la comida. No voy a dar detalles por vergüenza. A mi regreso me tocará darle duro al spinning.

No son todavía las 22:00h y ya estamos en la habitación a punto de dormirnos. Mañana queremos ir temprano a la playuqui y según he visto por al tarde, nos merecerá la pena madrugar.

Ah, por cierto, también hemos tenido oportunidad de ver un poco de un pequeño espectáculo de guiñoles, cuya historia es la misma del año pasado.

Mañana os seguiré contando.

Un abrazo


jueves, 11 de agosto de 2011

EDUCACION: Enuresis Infantil - Mi hij@ se hace pis en la cama

Hola amigos,

habréis observado que en esta época voy publicando menos asuidamente; y es que me vais a perdonar, pero estoy disfrutando de poder tener a mi hija Noah durante el mes de Agosto, por lo que iré publicando según me surjan temas o vaya teniendo algo de tiempo y fuerzas.

Estos últimos días estoy leyendo bastante sobre la Enuresis Infantil. ¿no sabéis lo que es?, seguro que sí, pero para aquellos a los que le suene a chino, o más bien a latín, os diré que es básicamente cuando nuestros hijos se hacen pis en la cama, sobretodo a partir de ciertas edades.Enuresis

Es necesario aclarar que la Enuresis no es una enfermedad, sino un síntoma de que el niño no controla su esfínter, bien por un fallo en el proceso madurativo al no haber aprendido todavía a hacerlo, bien por alguna causa emocional o dolencia médica.

Pero todos los niños se hacen pis en la cama al principio, me podréis decir, pero se considera que existe enuresis primaria si después de los tres años un nño aún sigue orinándose en la cama, aunque no es hasta los cinco años cuando se afirmaría con seguridad que hay un problema. El proceso de maduración en cada caso es distinto y puede variar mucho.

Las causas pueden ser muy diversas, bien por una carencia de madurez del niño, la cual se puede corregir con voluntad y esfuerzo, mediante ejercicios o juegos que permitan ir tomando el control, bien por causas más complejas (emocionales, hormonales, infecciosas...) donde ya tengan que intervenir profesionales.

Sobretodo en el caso de enuresis producida por un mal aprendizaje, la mayoría de los niños dejan de mojar la cama, pero cuanto antes se comience a tratar, más probabilidades de que esto pase.

A pesar de que no es una enfermedad y que la principal causa es un fallo en el proceso de aprendizaje, es un tema que no hay que dejar de lado ya que la frase "es pequeño, ya se le pasará con el tiempo" no funcionará y es necesario tomar medidas, con el asesoramiento del médico, ya que si no se trata adecuadamente puede ser que el problema se prolongue y crezca, causando en el niño baja autoestima, dificultad para socializarse, ansiedad, insomnio, etc...

Para intentar atajarlo podemos hacer ejercicios y juegos en casa que hagan tener consciencia a nuestr@ hij@ de su responsabilidad. Nunca perdáis la perspectiva de que además de la causa de aprendizaje, puede haber otras más importantes, por lo que si los ejercicios y medidas no dan resultado, habrá que ir por ese otro camino.
Ejercicios y juegos que se pueden hacer son:

El juego de aguantar
De esta forma nuestr@ hij@ tomará conciencia de que cuando lleguen las ganas de orinar puede controlar y cómo hacerlo. Consiste en que cuando manifieste ganas de hacer pis, retenga unos segundos, aumentandolos progresivamente.

El juego de cortar
Con este juego se fortalecerán los músculos implicados en la micción y retención de la orina. Consiste en cortar el flujo de orina una vez el niño ha comenzado a hacer pis. Es recomendable casi cuando se ha terminado de orinar, pues la presión sobre estos músculos es menor y resultará más fácil.
A medida que pasen los días se irá aumentando número de veces que el niño interrumpa la micción y el tiempo que la retenga, hasta llegar a unas tres interrupciones de unos cinco segundos cada una.

El juego de levantarse e ir al baño
Con él se pretende que el niño asimile una reacción determinada cuando sienta humedad o ganas de orinar, que será levantarse de la cama y dirigirse al baño. Practicaremos con él fingiendo la situación de que está durmiendo y siente ganas de orinar, momento en el que tendrá que levantarse, ir hasta el baño y sentarse en el W.C. Practicaremos con él este juego tres o cuatro veces en las horas cercanas al momento de ir a dormir.

El juego del cambio de ropa
Cuando el niño se levante húmedo deberá contribuir a cambiarse de ropa y de sábanas la cama, hasta lograr completar al menos la primera tarea sin ayuda. Aquí es importante destacar el aspecto lúdico, por ejemplo acompañando el cambio de ropa con alguna rima o secuencia que se repasará con él, para que no perciba esta tarea como un castigo, sino como una responsabilidad que debe cumplir y por la que será recompensado.

El calendario
Se trata de crear un calendario en el que se reflejará toda la actividad antes descrita, así como los días en que el niño amanece mojado o seco, con un código que acordemos con él de símbolos, colores e incluso pegatinas.

También podremos pactar un sistema de recompensas y “castigos” que no serán administrados en caso de que haya mojado la cama, sino en el de que no haya “jugado” a alguno de los juegos, y que pueden consistir en tener que hacer más tareas en casa. Asimismo, cuando veamos en el calendario que durante un buen número de días ha mantenido la rutina de llevar a cabo estos juegos, o lleva varios días sin mojar la cama, le premiaremos.

Por último es muy importante resaltar las prácticas que son desaconsejables, en contra de lo que pueda parecer en muchos casos de sentido común.

Sobretodo no es aconsejable poner etiquetas ni hacer reproches: «eres un bebé, un cochino». Eso no resolverá nada y sólo generará en el niño inseguridad y complejos.

Tampoco conviene castigarle, porque el castigo desencadenará en el pequeño agresividad, resentimiento, ansiedad e inseguridad y producirá un distanciamiento de los padres.

Tampoco hay que estar preguntándole cada cinco minutos si tiene ganas de orinar.

No hay que precipitar el momento de enseñar al niño el control de esfínteres. Cuando comience a entrenar este hábito, hay que dejar de ponerle pañales, porque éstos le acostumbran a la humedad, evitan sus efectos desagradables y le ahorran el esfuerzo de levantarse o de controlar la micción.

Finalmente, en contra de lo que se podría pensar, no se deben restringir al niño los líquidos al final del día, porque esto impide que la vejiga se acostumbre a soportar durante varias horas niveles de orina cada vez mayores.

Como siempre espero que el artículo os haya servido de ayuda. Me he apoyado en varios artículos leidos de la página Con mis hijos.

Un abrazo

viernes, 5 de agosto de 2011

EDUCACION: Verano, ¿sin límites?

Hola amigos,

a estas alturas nuestros hijos ya llevan más de un mes de vacaciones y si todavía no os habéis vuelto locos y habéis logrado sobrevivir, tranquilos, ya se puede decir que lo tenéis chupado.

Sin embargo, ahora que se va acercando el fin de las vacaciones, es posible que nos planteemos si durante este periodo hay que dejar a nuestros hijos a su libre albedrio o si es conveniente marcarles unos límites.

La psicologa Virginia González en la página web Con mis hijos, nos da unas pautas que pueden sernos de ayuda.

El verano es un periodo para descansar, para olvidarse de las rutinas y del estrés de un año de trabajo y colegio. Pero todo tiene un límite. Para encontrar el punto medio no hay recetas universales. Dar consejos es más fácil que ser padres, pero quizá encuentres en algunos de éstos la ayuda que buscas para que en tus próximas vacaciones todos disfrutéis sin sucumbir en la desorganización familiar.

Cada situación es diferente y cada persona tiene sus propios criterios a la hora de afrontarla. Lo importante es que cada uno defina los aspectos que le parecen fundamentales y que los mantenga a la hora de tomar las decisiones.

Ahora bien, hay aspectos no tan trascendentales en los que se puede aplicar cierta flexibilidad, y es ahí donde empiezan las dudas. Ser flexible no significa cambiar de opinión según convenga o nos presionen. Ser flexible significa que, sin abandonar nuestros valores, desde la reflexión, adaptemos algunas de las decisiones a las circunstancias particulares. De esta forma, los hijos tendrán clara la firmeza de nuestros criterios, sabiendo lo que es o no negociable, y a su vez se sentirán escuchados y respetados. Seguramente, esto hará más agradable la convivencia, pero aún así no se evitarán los conflictos.

No se levantan antes de las doce. ¿Les hago madrugar?

Cuando comienzan las vacaciones, se suele tener la idea de que las actividades debe hacerlas toda la familia junta. Este pensamiento, que puede ser realidad mientras que los niños son pequeños, comienza a convertirse en fantasía a medida que crecen. Las vacaciones son un periodo para descansar, para recuperar horas de sueño, para desconectarse del estrés del resto del año… Pero efectivamente deben dormir como mínimo 10 horas diarias, y la hora de levantarse tiene bastante que ver con la hora en la que se acuestan, que debería tener un límite para evitar que los hábitos de sueño se inviertan. Aunque por razones climatológicas es lógico que se acuesten más tarde, debemos evitar que se pasen las mañanas durmiendo, ya que la luz solar es muy importante para su bienestar.

Cuando ni aun así los planes coinciden, se puede pactar un horario y lugar de encuentro con el resto de la familia para quedar a comer, y de esta forma no habrá que renunciar a nuestras actividades matutinas. Y, por supuesto, en cualquier caso, hacia el final del verano es conveniente ir ajustando los horarios para que la vuelta al colegio no sea dramática.

Cuando acabamos de desayunar es la hora del aperitivo; luego no hay quien haga una comida en condiciones...

Es muy importante no descuidar la alimentación durante el verano, que debe ser sana, variada y equilibrada.

Unir unas comidas con otras, picar entre horas o abusar de bollería o golosinas, desde luego, no ayuda. Si el desayuno se junta con el aperitivo es porque la organización de horarios no es la más adecuada. La ruptura con la rutina escolar y laboral suele ser beneficiosa pero, para no descolocarnos, sería aconsejable inventarse una nueva rutina para el verano que, aunque más flexible y adaptada al clima o a las actividades que se realicen, sirva de referencia.

No obstante, las necesidades alimenticias se pueden cubrir a lo largo del día, distribuyéndolas según convenga. Y si, por ejemplo, vemos que dos comidas van a estar muy cercanas en el tiempo, se puede hacer la primera más frugal a base de alimentos fáciles de digerir (frutas y zumos, etc.), aunque no se debe quitar importancia al desayuno. Y no olvidemos que el ejercicio, además de entretener, abre el apetito y prepara para una hermosa siesta.

Durante las horas de la siesta, para que no molesten, ¿hay algún remedio además de la televisión?

Es necesario dedicar después de la comida un periodo de tiempo al reposo, en el que, aunque ellos no duerman, puedan reponer fuerzas. Las alternativas dependen de las preferencias y posibilidades de cada uno, pero en general dichas actividades no han de suponer esfuerzo físico, ya que están haciendo la digestión; han de estar protegidos del sol, para evitar los calores del mediodía y han de ser silenciosas, para respetar el sueño de los que duermen.


Leer, dibujar, realizar manualidades, mirar fotos, estar con la pandilla en la sombra de la plaza, aprovechar para hacer los deberes estivales, escribir a los amigos, juegos de mesa pueden ser actividades adecuadas, pero también se puede ver un buen programa de televisión, que la televisión no es mala en sí misma.

Si se establece un acuerdo con ellos sobre los programas que pueden ver (incluso se pueden seleccionar vídeos o DVD adecuados) y se sientan frente a ella exclusivamente durante el tiempo de siesta, no es excesivo. Ahora bien, hay que predicar con el ejemplo.

Cuando salimos por la tarde es casi la hora de la cena del más pequeño. ¿Qué hago?

Viajar con niños requiere un poco de sacrificio. Los más pequeños acusan mucho el cambio de rutinas, pero el secreto está en la planificación. Si se tienen en cuenta sus necesidades de alimentación, ejercicio, sueño... podemos programar las vacaciones de forma que resulten más agradables para todos.

En este caso en concreto, se le puede dar la cena justo antes de salir, lo que le proporcionará energía para dar el paseo. No obstante, si vamos a llegar tarde a casa, no debemos olvidar un vehículo en el que el niño pueda descansar si el sueño le vence y una bolsa con cuentos o juguetes para que pueda estar entretenido si decide permanecer despierto durante nuestra cena...y, sobre todo, disfrutar de cada momento con tolerancia y mucho humor.

A las doce de la noche es cuando más les apetece a los pequeños jugar en el parque o subirse en las atracciones. ¿Es lo más adecuado?

El verano es una estación muy apropiada para el ejercicio físico y el contacto con la naturaleza. El niño debe moverse, salir y no permanecer pasivo en la casa. Andar en bicicleta, pasear, subir, bajar, nadar... es imprescindible, pero no se trata de hacer todo el ejercicio por la noche.

Una cosa es que retrasen la hora de irse a la cama y otra muy distinta es que realicen actividades excitantes antes de acostarse. Su resistencia no tiene límites, pero seguro que podemos encontrar muchas formas de disfrutar del fresquito de la noche de forma relajada, con actividades que le predispongan a conciliar el sueño.

Viven de helados y refrescos. ¿Dónde está el límite?

Durante los meses de calor es primordial mantenerlos hidratados, sobre todo mientras realizan actividades físicas. Se pueden combinar desde líquidos (agua, zumos, batidos, granizados, etc.) hasta frutas, muy ricas en agua, vitaminas y fibra.

Hay que tener cuidado con los refrescos y helados compuestos básicamente de azúcares, ya que su consumo, además de incidir sobre su obesidad y su salud bucodental, puede tener un efecto de desplazamiento de otros alimentos, ocasionando un desequilibrio en su dieta.

Y también hay que evitar el consumo de bebidas con sustancias excitantes y carbonatadas. Está bien tomarse un helado de postre, si es que suplimos el aporte vitamínico de la fruta en el resto de las comidas, o una bebida para combatir el calor del paseo, pero helados y refrescos no son imprescindibles en la dieta.

Además es importante que el estómago descanse entre comidas y, también, el presupuesto familiar.

En el pueblo quieren salir solos a una edad en la que en la ciudad ni se me ocurriría permitírselo. ¿Los dejo?

Todo padre siente miedo por la falta de seguridad de su hijo. Tenerlo fuera del alcance de su vista puede hacerle sentir mal, pero no debemos permitir que el pánico nos domine. Primeramente hay que conocer el lugar y los alrededores para estar al tanto de los posibles peligros. El sentido común viene muy bien en estos casos.

Ponerle límites de distancias o vetar ciertos lugares tampoco debe hacernos sentir unos ogros, ya que hay que hacerles entender que deben cuidarse de los posibles peligros del entorno. Pero a su vez es importante que el niño sienta que sus padres confían en él.

Se puede empezar por hacerle pequeños encargos, como ir a por el pan a la tienda de la esquina, permitirle paseos muy cortos... y, a medida que vaya demostrando responsabilidad, los tiempos de ausencia se pueden incrementar. Jugar o hacer planes con sus amigos es una buena manera de permanecer al aire libre y alejarse de videojuegos y TV además de dar un respiro a los padres.

Adolescentes: quieren salir después de cenar. ¿Hasta qué hora?

Si los datos revelan que cada vez tienen menos edad los consumidores de tabaco, alcohol y drogas, y conocemos la inseguridad en las calles, la realidad no es muy alentadora para que un padre esté convencido de que a su hijo “no le va a pasar nada”.

Salir y evadirse con sus amigos es fundamental para su socialización. ¿Qué hacer? Hay que darles un poco de libertad para impedir que el adolescente caiga en el descontrol. Pero no significa una libertad sin límites.

Hay que establecer unas normas claras y pactar de antemano qué días salen, con quién, dónde irán, hasta qué hora y las consecuencias que tendrá si no cumple. Por supuesto, dependerá de lo responsable que sea el adolescente, de la seguridad del entorno, si hay adultos cerca, etc., y, por supuesto, de cómo afecte a la convivencia familiar.

No debemos pasar las noches en vela para que ellos disfruten. Pueden existir distintas opciones, depende de la imaginación de cada uno. Una sería dejarles salir solo algunos días, en ocasiones especiales, y reservar los otros para estar en familia. Otra opción es que vuelvan pronto a casa de lunes a viernes y darles permiso los sábados para ir a la discoteca hasta más tarde. En cualquier caso, hay que velar por su descanso y no sucumbir ante sus insistentes protestas.

Todos estamos de vacaciones (yo también): ¿quién pone los límites?

Padre y madre son importantes e imprescindibles en la educación de los hijos. Ambos deben complementarse y organizarse para poder descansar el uno en el otro cuando la tarea sea larga o dificultosa, física o psicológicamente hablando.

Cada pareja encontrará las fórmulas que mejor les convengan, pero ambos han de ponerse de acuerdo y establecer un plan claro y concreto que, en lo posible, se les dará a conocer a los hijos antes de que empiecen las vacaciones, para que vayan mentalizándose al nuevo estilo de vida. Normas, horarios, tareas en las que colaborarán, dinero disponible, amigos a los que pueden invitar, etc.

A los niños les da seguridad saber de antemano cómo van a ser las cosas y los ayuda a organizarse y a autocontrolarse, aunque, por supuesto, no implica que vayan a desaparecer los problemas y las discusiones.

Las vacaciones se anhelan durante todo un arduo año de trabajo y no debemos consentir que se conviertan en una pesadilla. Relajarse y disfrutar todos, procurar hacer las cosas que nos gustan pero sin excesos y no ceder en las cosas importantes.

Espero que estos consejos os ayuden. A mi me han parecido muy interesantes.

Un abrazo

martes, 2 de agosto de 2011

HOMENAJE A LOS ABUELOS

Hola amigos,

creo que ya va siendo hora de escribir un artículo como homenaje a esa parte de la familia que, después de habernos aguantado cuando éramos niños, se hacen cargo de los nuestros: Los abuelos.
El pasado día 26 de Julio fue el día de los abuelos, así que ya por lo menos tienen su día en el calendario, porque en la sociedad actual parece que si no ponemos un día nadie se acuerda de celebrar las cosas.

Valga entonces este artículo como homenaje a los abuelos y me vais a permitir que lo haga en especial a los abuelos de Noah, Cayetano y Egisipa, que colaboran activamente en su educación y la están transmitiendo muchísimos valores, conocimientos y experiencias.

La presencia de los abuelos es un consuelo y un desahogo para muchas familias. Los cambios que provoca la llegada del niño les afectan menos que a los padres, y sus obligaciones están en un plan secundario, dependientes del "mando" de los padres, y de la disponibilidad que tengan para compartir los cuidados, el afecto, y el tiempo del bebé con sus consuegros.

Aquí os dejo algunas consideraciones en la relación entre las tres partes, padres, abuelos y, por supuesto, los hijos.

Relación de los abuelos con los nietos

El encuentro de los abuelos con sus nietos es siempre muy enriquecedor para ambos lados.

A muchos niños les encantan estar con sus abuelos por diferentes y variadas razones. Algunos porque al lado de los abuelos no existen tantas órdenes ni obligaciones. Otros porque pueden hacen cosas distintas con ellos, como preparar galletas juntos, comer dulces, dar paseos, ir al parque, y realizar una infinidad de actividades que hacen con que ellos se sientan más libres.

Algunos nietos ven a sus abuelos como un amigo, una especie de guía, como divertidos, cariñosos, mimosos y que les gusta estar con ellos. Pero, claro, todo depende de la forma de ser de los abuelos.

Hay también los que apenas envejecen y continúan tratando a los más pequeños de una manera muy autoritaria y demasiado exigente.

Pero, por lo general, los abuelos sienten mucho placer con sus nietos. Estar con ellos es también una forma de renovarse personalmente. Es tener más participación en la familia, y sentirse más jóvenes y actualizados. Se aprende mucho con los niños.

Relación de los abuelos con los padres de sus nietos

No siempre se puede decir que la relación de los abuelos con los padres de sus nietos sea la mejor posible.

Infelizmente, pueden existir conflictos cuanto al tipo de educación que es aplicada al niño. Las generaciones son distintas y diferentes también son los criterios de educación. Los más jóvenes no pueden cambiar los razonamientos de los más mayores. Los abuelos no están más para educar. Ya han educado, bien o mal, a sus hijos.

Los abuelos están para dar cariño, echar una mano de vez en cuando, y pasar un buen rato con sus nietos. Si los abuelos van a estar con los nietos, lo ideal es que haya un acuerdo entre las partes, para el bien del niño y de todos.

Para eso, es necesario que entre los padres y los abuelos exista una relación tranquila, específica y verdadera, libre de celos, en la que reine el respeto a las exigencias y a los hábitos del otro.

Artículo apoyado en el publicado por Guia Infantil

Lo que es cierto es que, especialmente en lo tiempos que corren, la ayuda de los abuelos es muy importante, pero sin perder la perspectiva de todo lo que pueden aportar y también de que hay que estar de acuerdo en la línea educativa que dar a los hijos para evitar conflictos.

Un abrazo