Bienvenido a este Blog nacido del amor entre un padre y su hija

Quería daros la bienvenida a todos los que tenéis a bien entrar en este blog que servirá a un padre de una preciosa y maravillosa hija llamada Noah para expresar sus inquietudes, noticias, emociones y cualquier cosa que considere interesante compartir con aquel que quiera leerlo. Mi más sincero abrazo y gracias por gastar tu tiempo leyendo este Blog.

jueves, 30 de junio de 2011

ESPECIAL: Los niños están de vacaciones

Hola amigos,

vosotros no lo sabeis, pero os estoy mirando por un agujerito, o por la cámara del portatil (por cierto, os aconsejo tenerla tapada que se lee cada cosa por ahí!!!), y puedo ver el miedo en vuestro rostro, la tensión invadiendo vuestro ser... nooooooo ¡¡¡los niños están de vacaciones!!!!


Tranquilos, tranquilos, voy a intentar echaros una mano estos días para que no entréis en pánico y tengáis actividades suficientes que ofrecer a los pequeñajos.

La verdad es que es todo un desafio responder a la demanda de atención durante tanto tiempo que los niños están de vacaciones, además de lo dificil que es hacer compatible esos casi tres meses con nuestro trabajo, a la vez que logramos que los niños se diviertan, aprendan cosas nuevas, no olviden lo que aprendieron durante el curso y, sobretodo, no se aburran.

La psicologa infantil María del Mar García Orgaz, ha escrito un artículo en la página Conmishijos, donde nos da una serie de consejos de gran utilidad para cumplir los objetivos que hemos expuesto arriba.

Como "superpapás" y "supermamás" que somos, quizás pensemos que tenemos todas las respuestas, pero creo que es muy importante tener la mente abierta y escuchar a los especialistas, así que espero que lo que viene a continuación os sea de gran ayuda. Pondré como otras veces mis comentarios en rojo.



Descansar en vacaciones

Realmente, después del curso, los niños necesitan descansar de rutinas. No quiere decir que pierdan el tiempo, de hecho lo ganan descansando, ni que estén inactivos, sólo que no necesitan actividades muy estructuradas ni dirigidas, con horario fijo: pueden desarrollar actividades que surjan por su propia iniciativa, con su juego espontáneo, que también desarrolla la inteligencia.

Es el momento, por ejemplo, de que disfruten de ese montón de regalos y juguetes que han tenido que «aparcar» por los horarios, tan apretados ya desde pequeños.

A veces pensamos que nuestros hijos no están entretenidos porque no juegan a lo que nosotros queremos o no usan los juguetes como deberían; no debemos olvidar que un niño puede usar la imaginación y estar pasándoselo genial con el propio envoltorio de un regalo. Recordemos con qué jugábamos nosotros de pequeños, cuando los juguetes no resolvían todas las situaciones que puede abarcar la imaginación.

Seguir aprendiendo en vacaciones

Esta época, más distendida, es propicia para los aprendizajes de autonomía, que requieren tiempo y dedicación (dormir y dormirse solo, utilizar el cuchillo, atarse los zapatos, lavarse bien los dientes, peinarse, vestirse, preparar algún postre...). Quizá los abuelos, que suelen tener más paciencia, puedan echar una mano. A lo mejor aprovecho para enseñar a Noah a cortar jamón!... tranquilos, ¡que es broma! :-)

Las vacaciones son también la ocasión de socializarse: visitar a parientes y amigos, conocer el barrio, las tiendas... Una idea que entretiene mucho a los pequeños es hacer su primer álbum de fotos de la familia y de los amigos. Otra posibilidad, muy práctica, es deshacerse de los juguetes o la ropa que ya no van a utilizar e intercambiarlos con otros niños. Son actividades en las que ellos pueden participar. Yo quiero ir con Noah a algún sitio donde dejar los juguetes que ya no usa para que los disfruten otros niños. Buscaré donde puedo hacer eso.

Actividades para niños en verano

Igualmente, es un momento adecuado para ganar independencia de los padres, para dejar que duerman algún día en casa de un amigo, por ejemplo.

El verano es óptimo para mejorar la psicomotricidad: aprender a nadar, jugar al tenis, montar en bicicleta…


Se puede contar con primos o vecinos mayores que quieran ganarse un dinerillo acompañando a los niños al parque o al polideportivo. Además, seguro que allí conocerán a algún vecino que ampliará su lista de amigos.
También es una época ideal para beneficiarse del aire libre. Visitar una granja y participar en las tareas, ir de excursión a un pueblo y visitar el ayuntamiento, la iglesia...

En casa, es el momento de enseñarles a amasar, tender, doblar, coser..., en definitiva, hacer pequeñas labores que mejoran la habilidad óculo-manual necesaria para el aprendizaje de la escritura.

En la cocina, podemos enseñarles a clasificar los alimentos cuando los guardemos a la vuelta de la compra, y los cubiertos cuando los metamos en el lavavajillas. O iniciarles en el cálculo y las correspondencias, pidiéndoles ayuda para poner la mesa. A la vez, al nombrar, estamos categorizando, con lo que estimulamos el lenguaje.

En el momento de la siesta, podemos fomentar el hábito de la lectura, leerles, además de sus cuentos, los cuentos de cuando éramos pequeños: les encantarán. O inventar cuentos en los que ellos sean protagonistas para que construyan la historia, así desarrollarán la imaginación. También podemos escuchar canciones tradicionales infantiles, con ello mejoraremos el sentido del ritmo y la dicción.
Cuando los padres no pueden estar con los niños en vacaciones

En todo caso, es necesario que haya tiempo para el juego libre porque, mientras el niño juega, se representa y organiza el mundo, se lo adecua para comprenderlo. Cuando imita a los mayores, interioriza las normas, lo que está bien y está mal, empieza a ponerse en el lugar del otro, maneja valores como la tolerancia y la justicia. Desarrolla habilidades sociales importantes para el éxito personal.

Pero, si no se tiene el tiempo o la oportunidad de compartir todas las vacaciones de los hijos, puede ser necesario buscar alternativas más estructuradas y menos flexibles, como los campamentos de día o los talleres de los museos y las casas de cultura, los polideportivos y los colegios.

No hay que olvidar que las necesidades de los niños son diferentes a las de los adultos, que ellos siempre están aprendiendo, no sólo en situaciones estructuradas con horarios cerrados y actividades dirigidas. Esto, por desgracia, lo olvidamos demasiado a menudo.

Un abrazo

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