OPINION: ¿qué estamos haciendo?

Hola amigos,

hoy os traigo algo realmente distinto que me impresionó y no quería dejar de compartirlo con vosotros.

Escuché en la radio la historia de una profesora de una guardería mexicana, Marta Rivera Alanís, que muestra cómo la valentía del ser humano no está en aquellos que defienden estupideces usando la violencia, sino los que ante situaciones de real peligro, son capaces de mantenerse serenos y estar en su sitio, dando una lección de humanidad.

¿qué estamos haciendo entre todos? ¿cómo puede ser que con tanta inteligencia que tenemos, estemos permitiendo que el ser humano siga siendo tan pobre de espíritu?

Vemos constantes muestras de ambición desmedida, de lucha por el poder, por el dinero, dando cada vez menos valor a la vida humana, al bienestar de los que más sufren, sin atender a otros seres humanos. Cada uno haciendo la guerra por su cuenta sin pararse a pensar en nuestros semejantes.

Y nosotros, tan preocupados por la cobertura de nuestro teléfono móvil, porque no llega el autobús, porque no podemos comprarnos un coche con el que aparentar, por hacer una comunión lo más ostentosa posible que haga que nuestros supuestos amigos se mueran de envidia, vivimos ajenos a la miseria en todos los sentidos que se vive en otras partes del mundo, cayendo nosotros mismos en una gran miseria moral.

Además, dejamos a nuestros hijos, no sólo una herencia física lamentable, sino también una herencia de valores desastrosa, pervirtiendo vilmente su inocencia y enseñándoles lo peor de vivir en sociedad.

Esta profesora, manteniendo la serenidad ante el silvido de las balas que inundan el exterior de la guardería, balas disparadas por gentuza sin alma, esclavos de sus propias ansias de poder, de su sumisión al dinero y a la droga, aporta tranquilidad y confianza al grupo de pequeños niños de la que es responsable, y les muestra oto camino, el de la inocencia, el de cantar canciones infantiles, cuyo sonido debería sonar mucho más alto que el de las balas y nos debería dar infinitamente mucha más vergüenza insultar, amenazar, dañar, pegar a un prójimo, que el hecho de que nos oigan cantar en voz alta una canción con nuestros hijos.

Aquí os dejo el video colgado en internet de esta héroe cotidiana, de esta esperanza en que algún día, quizás ni nuestros hijos lo lleguen a ver, habrá un mundo sin tanta escoria. Al menos, eduquemos a nuestros hijos en la idea de que eso es posible, de que abrazar es mejor que pegar, que besar mejor que insultar y que hay formas más humanas para arreglar los conflictos. Un mundo en el que las personas tengan la ambición de tener la mayor cantidad de amor posible, de haber recibido millones de abrazos, de estar colmados de caricias y sonrisas.